Los IX Premios Internacionales del Flamenco claman por la presencia del Rey Felipe VI en las tablas del Auditorio ‘Manolo Sanlúcar’

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Información del Diario de Cádiz

Los mejores artistas y figuras de la actualidad se congregaron en Sanlúcar para recibir los galardones que distingue entre 16 categorías y que recuerdan al maestro Manolo Sanlúcar cada 16 de noviembre, Día Internacional del Flamenco

Sanlúcar de Barrameda volvió a ser epicentro del mundo del flamenco en la celebración de su Día Internacional. En una jornada de celebración, pero también de reivindicación, de un arte que nace en Andalucía y que todavía sigue muy a la sombra de lo que marca su legado, su repercusión y su seña trasladada al resto de España e incluso, como ha quedado latente con algunos de los premios, en todo el panorama internacional. Manolo Sanlúcar, que da nombre al Auditorio Municipal donde cada año se entregan estos premios que también llevan su nombre, volvió a ser recordado por cada uno de los 16 premiados de las distintas categorías que se van abriendo paso edición tras edición. El Maestro de Maestros, como así se refieren mucho de los galardonados al artista sanluqueño, sigue reuniendo cada año a las mejores figuras y empresarios del arte jondo, convirtiendo este 16 de noviembre en el Auditorio Municipal de Sanlúcar, en un punto de encuentro que espera a Su Majestad el Rey Felipe VI más pronto que tarde en las tablas de unos premios en los que se ha estrenado como Presidente de Honor.

El maestro de ceremonías y conductor del acto, el jerezano Juan Garrido, arrancó el acto acórdandose de Manolo Sanlúcar, protagonista perpetuo de estos Premios Internacionales del Flamenco (PIF) y saludando a las autoridades y premiados que se congregaban en un repleto Auditorio. Los primeros premios fueron para el Festival Internacional del Cante de las Minas como festival flamenco,  El Taranto de Almería en la categoría de peña flamenca y José María Castaño por su labor en los medios de comunicación.

Continuó la gala con el premio al tablao flamenco, entregado a Los Gallos y recogido por Blanca Núñez. El tablao sevillano ha acogido durante años a los mejores bailaores y cantaores de la historia del flamenco. «Es una capilla para el mundo de este arte», expresó Núñez, que reclamó la presencia del Rey Felipe VI porque «su pueblo flamenco le está esperando». Acto seguido, recogió el premio Cine y Documental el madrileño Gonzalo García-Pelayo, por su extensa trayectoria y trabajo en la gran pantalla acogiendo al mundo del flamenco.

Llegó el turno del reconocido Chano Domínguez, célebre pianista gaditano que ostenta numerosos premios por su aportación y trayectoria ligada a géneros como el rock sinfónico o el jazz. El artista es la imagen de la “viveza y renovación constantes”. “Las teclas de su piano son el motor de las olas de la Bahía de Cádiz”, presentaba Juan Garrido. Chano, al recoger el premio de la categoría de instrumentación, se despidió de los presentes pidiendo “que no pare la música”. Tras él, se entregó el premio a la producción discográfica a Cambaya Records, una firma que desde 1992 se introdujo en el mundo del flamenco y que resalta por la cercanía con los artistas que trabaja. Lo recogió Antonio Blanco, que agradeció a los cantaores, músicos y artistas con los que ha trabajado porque, sin ellos, «no estariamos aquí».

Una de las figuras que más aplausos acaparó en el acto fue el joven David de Arahal, premio al nuevo valor. El sevillano del 2000 es definido como un artista que escucha a los clásicos y roba a los contemporáneos, teniendo a Manolo Sanlúcar como un filósofo del flamenco. «Si a día de hoy toco la guitarra se lo tengo que agradecer a todos los que estáis aquí», pronunció el guitarrista y compositor al recoger la estatuilla. Minutos después, deleitó al teatro mostrando sus dotes a la guitarra. La estilista y diseñora sevillana Raquel Revuelta recogió el premio a la moda, agradeciendo al director de los PIF, Manuel Bohorquez, la ampliación de las categorias.

El de investigación se lo llevaría Faustino Núñez, un gallego que en palabras suyas, aporta en lo que pueda a que el flamenco crezca. El investigador también se sumó a la petición de que, para la próxima edición, el Rey Felipe VI presida en directo estos premios. «El flamenco es la mejor música de España y es amado en el mundo entero. Espero que España algún día despierte», reivindicó. Tras el descanso, se entregó el galardón de una de las nuevas categorías, la docencia, que fue para la mítica Mariquilla. La granadina pronunció uno de los más emotivos discursos de la mañana, casi tarde, en el Auditorio. «Qué bonito lo que me ha pasado en la vida y todo gracias al flamenco», expresó, aclarando que desde los siete años se declaró una revolucionaria porque «lo único que quería era bailar». Se atrevió a ir contra las nuevas modas de mezclar el flamenco ya que «siempre he mamado la verdad», y por ello ahora lucha desde su trinchera docente donde está «contando historia para que la gente no se pierda». «Esta es mi vida, y mi vida es el flamenco», concluyó aclamada por el público.

La difícil papeleta de hablar tras Mariquilla fue para Miguel Marín, galardonado con el premio a la promoción. Este empezó en Nueva York, para posteriormente crear un festival para llevar el flamenco a todo el mundo. Marín pone en valor el trabajo de tanta gente que desde detrás de los focos hace un esfuerzo tan importante para este género. «Yo le debo Flamenco Festival al maestro Manolo Sanlúcar, exclamó. Otro emotivo momento llegó con la categoría de cante, para José de la Tomasa, «la referencia más nítida de la vieja escuela de la Alameda -un popular barrio sevillano-«. Y como dijo el artista, «creo más en mi cante que en mi palabra», se arrancó para deleite de los presentes.

Otro importante premio fue para Pepe Habichuela, a la guitarra. El artista fue escueto: «Hablo poco y toco mucho. Se lo dedico a Manolo Sanlúcar y al flamenco del mundo». Tras Pepe Habichuela, otra mítica, María Pagés, premio al baile, que no pudo estar presente por compromisos profesionales pero agradeció el galardón en un vídeo en el que evidenció que era el «día de poner el relieve la figura del maestro Manolo Sanlúcar».

Por último, el premio de honor a la trayectoria lo recibió María Vargas, quien fuera este viernes nombrada con el título de Hija Predilecta de la Ciudad. Una leyenda viva del cante con más de 60 años en activo. Todo el mundo destaca de ella que, además de buena cantaora, es buena persona. «Desde pequeño he trabajo con Manolo Sanlúcar. Quiero a esta ciudad con todo mi corazón«, destacó emocionada la cantaora.

Para finalizar el acto, las autoridades presentes tomaron la palabra. Manuel Bohorquez, director de los Premios Internacionales del Flamenco una edición más, que expresó su intención de ampliar las categorías año tras año y su objetivo de dedicar estos reconocimientos a aquellos artistas que en siglos pasados murieron en la misería haciendo este arte. También tomó la palabra el presidente de la Escuela de Flamenco de Andalucía, Luis Guillermo Cortés, que organizan estos premios y pidió «unidad de acción» para que todas las administraciones luchen de forma conjunta por el flamenco. Vanesa Beltrán, diputada de Cultura en la Diputación de Cádiz, Blanca Flores, subdelegada del Gobierno en Cádiz, y Carmen Álvarez, alcaldesa de Sanlúcar, despidieron el acto acordándose de la importancia de este arte para la cultura y para el país, con la figura de Manolo Sanlúcar siempre presente cada 16 de noviembre, Día Internacional del Flamenco.

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