El flamenco se rinde ante la herencia de Paco de Lucía en la Bienal de Sevilla

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Destacados artistas como Tomatito, Miguel Poveda, Aurora Vargas e Israel Fernández rindieron tributo al genio de Algeciras.

Información procedente de ABC de Sevilla

La Bienal de Sevilla ha empezado y no podía hacerlo de otra manera que rindiendo homenaje al mejor guitarrista de todos los tiempos, como luego diría Tomatito. La música ya eterna de Paco de Lucía estuvo por más de dos horas en el universo del teatro con las 1.800 almas respirando flamenco en cada centímetro del Maestranza. Fue una velada de ensueño en la que el genio de Algeciras estuvo muy presente desde los minutos previos al inicio del espectáculo, ya que no faltaron su hermano Pepe, su hija Lucía y grandes del flamenco como Vicente Amigo,  Antonio Canales y Cristina Hoyos.

Tras unos primeros sones con música del maestro previos al inicio del espectáculo, se abrió el telón y apareció un escenario con un inmenso lienzo rojo de fondo, unas sillas y unas palmeras que recordaban a las que había detrás de Paco cuando este tocó en la última Bienal de Sevilla, la ya añorada de 2010. Entonces salió un quinteto de guitarristas de varias generaciones integrado por Juan José Suárez ‘Paquete’Diego del MoraoAntonio Sánchez -sobrino de Paco-, José del Tomate (hijo de Tomatito) y David de Arahal. Fue la primera declaración de intenciones antes de que la formación se redujera a dúo con Antonio Sánchez y David de Arahal y cada guitarrista interpretara y versionara la música del maestro de Algeciras desde su forma de entender el flamenco, con el soniquete de Jerez del Morao, o el casi blues del Tomate y la seriedad técnica de Arahal, pasando por la herencia de Antonio Sánchez y el potente rasgueo de ‘Paquete’.

El público estaba expectante con cada aparición cuando llegó uno de los momentos más esperados de la noche: Miguel Poveda pisaba el escenario, por primera vez en 14 años. Al cantaor lo volvía a acoger la Bienal de Sevilla. El de Badalona hizo un llanto por Paco de Lucía cantando una letra en su homenaje, mientras arrancó uno de los primeros de los muchos oles que sembró la velada. Tras su primer cante se despidió tirando un beso al cielo y rindiendo tributo a su Dios del flamenco, como él lo considera.

José del Tomate, hijo de otra leyenda viva del flamenco como es Tomatito, se atrevió con la osadía de su juventud con una de las más bellas composiciones de Paco de Lucía, ‘Zyryab’, un álbum que el genio de Algeciras grabó en 1990 y fue realizado con ayuda del pianista de jazz Chick Corea y el guitarrista Manolo Sanlúcar. La noche siguió avanzando entre ensoñaciones y añoranzas y volvieron a unirse con sus talantes y ritmos distintos José del Tomate, Paquete y Antonio Sánchez, a los que se unió una sorpresa más, el siempre reconocible cantaor (por su potente melena) Israel Fernández, que subió la tensión del teatro cuando se arrancó para que Juan Manuel Fernández Montoya, ‘Farruquito’ se luciera en el baile. Y lo hizo, el sevillano no sólo le bailó a la guitarra, sino que lo hizo al cante y por derecho. El zapateado titánico del nieto de Farruco levantó a los primeros espectadores de sus asientos. El compás no tiene secretos para este bailaor.

Jerez estuvo allí con Diego del Morao, que tocó la música de Paco con el soniquete que aprendiera de su padre Moraíto Chico y en la escuela de Carbonero. Puro Jerez. El guitarrista abrió su silla para dar paso a una dama del cante, la sevillana Aurora Vargas, festera donde las haya, que por tangos bordó la noche, con su cante y su baile, ‘ al gurugú, al gurugú’ cantaba Aurora, y el público arrancó.

Faltaba él, el otro genio de la guitarra, el que acompañaba a Camarón y soñaba con Paco cuando su padre le compraba los discos: Tomatito. Salió junto a José del Tomate, con quien se fundió en un abrazo. «Siempre es un lujo estar en Sevilla. Hoy es un día especial porque le estamos haciendo un homenaje al que es, en mi opinión, el mejor guitarrista que ha dado la historia, con mis respetos a los maestros». Tomate recordó que de pequeño su padre le llevó a ver a Paco y a Camarón, «y nunca me imaginaría que iba a tocar luego con él». En el escenario se mezcló la melancolía de la pieza ‘Luzía’ con una pequeña variante de ‘Entre dos aguas‘. Le dedicó también otra pieza a Pepe de Lucía, «que está aquí esta noche y le compuso magníficos temas a Carmarón», dijo.

Tomatito y Poveda

Esto no había hecho más que empezar, porque se fue el hijo de Tomatito, y por uno de los hombros del escenario aparecieron los Makarines y Miguel Poveda, que saludó a Tomate haciendo una genuflexión… el respeto al maestro. La noche llegaba al máximo cuando la guitarra de Almería y el cante de Badalona se hicieron uno.

El espectáculo era como una maratón de guitarras: dúo entre Antonio Sánchez y Paquete. Paquete, José del Tomate y Antonio Sánchez con su particular versión de ‘Como el agua’; el toque clásico de David de Arahal… Y suma y sigue. El nuevo baile de un Farruquito en estado de gracia con el cante de los Makarines y la bulería de Israel Fernández, que se sumergió en Jerez con la guitarra de Diego el Morao. Y la anécdota de la noche: la complicidad de Israel Suárez, el ‘Piraña,’ que le dijo al público: «Me tienen explotao». Este iba de un lado a otro del escenario tocando el cajón, ese elemento de percusión que Paco de Lucía fue por cierto lo trajo de América a España.

Eran casi las once de la noche, todo podía pasar y pasó. El final fue como el comienzo, con los cinco guitarristas para hacer una interpretación personalísima de ‘Entre dos aguas’, y al remate de la obra, todos se volvieron hacia el telón de fondo del escenario, donde se proyectó una imagen de Paco de Lucía, levantaron sus brazos y rindieron el más sentido homenaje, de una generación que soñó, aprendió, escuchó y ahora añora al mejor guitarrista de todos los tiempos.

Por cierto, entre los que aplaudían con ganas, con el público del Maestranza puesto unánimemente en pie, estuvieron la ministra de Hacienda, María Jesús Montero; el alcalde de Sevilla, José Luis Sanz; la consejera de Cultura, Patricia del Pozo, gran aficionada al flamenco; el presidente de Diputación, Javier Fernández, y concejales, diputados provinciales y delegados. Todos quisieron estar en este arranque de Bienal que recordará para siempre al genio que dio Algeciras y al que su madre Luzía le prestó su nombre para que su apellido fuera eterno.

 

 

 

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